domingo, 19 de abril de 2009
Me gustan los atormentados
Hay un chico en mi clase que se llama David. Según Alex y Nica es un «rarito» porque apenas se relaciona con nadie. Pero a mí me encanta. Siempre me ha pasado. Cuando conozco a un chico un poco diferente, callado y con cierto aire de atormentado… ¡me vuelvo loca! No puedo evitarlo. Ya sé, ya sé, te parecerá una tontería. Seguro que lo mejor es encontrar a tíos normales que no lleven sorpresa dentro. Pero a mí me pasa lo contrario. Y David es de esos. Cuando estamos en el pasillo, entre clase y clase, y lo veo ahí apoyado en la pared, no puedo dejar de preguntarme en qué estará pensando. Es muy mono. Da toda la sensación de que está pidiendo a gritos tener a alguien cerca que le comprenda, que le mime un poquito. Y yo estoy dispuesta a hacerlo. Pero, chica, cuando intentas hablar con él hay que sacarle las cosas con sacacorchos. ¿Tímido? Yo te diría que no. Oculta algo. Lo sé. Y quiero descubrirlo.
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