martes, 17 de marzo de 2009

El sexo a los 18 años

Yo con el tema del sexo no soy nada de parada. Estoy dispuesta a darle todo a un chico. Bueno, siempre que me guste. Por ejemplo, cuando empecé a salir con Marc en Barcelona, nos acostamos enseguida. Y a mí me encantaba. Sobre todo, las tardes de los domingos. Sus padres solían pasar el fin de semana fuera, en una casita que tienen en la Costa Brava. Entonces, los domingos por la tarde, después de haber salido la noche anterior de marcha, quedábamos en su casa a ver una peli. Como te imaginarás, no llegamos a terminar de ver casi ninguna. Pero era genial. Lo de echar un polvo un poco resacosa y luego quedarte adormilada junto a tu chico tiene su encanto. El caso es que el tiempo pasó y el sexo con Marc empezó a ser ya un poco mecánico. Llegó un punto en que a él le interesaba más saber cuándo y dónde lo íbamos a hacer que cualquier otra cosa. No sé, supongo que a la vez me fue dejando de gustar. Y cuando ya no te gusta tu chico, el sexo pasa a ser poco emocionante, ¿no crees?

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